Cuba Tech Travel le da la bienvenida a la web de Cuba con mayores productos.
CUBATECHTRAVEL
ES
USD
EUR

Museo San Salvador de la Punta, La Habana. Cuba

  • Estrellas basadas en 2 opiniones
  • Ave. del Puerto y Prado, Havana City. Cuba
  • Destino: La Habana
  • Abierto: 3,4,5,6
  • Teléfono: (537) 8603196
  • add_photo

Declarado Monumento Nacional. Fue edificado por Bautista Antonelli. Se erigió en uno de los extremos salientes de la Caleta de San Lázaro, en la orilla oeste de la entrada del puerto. El inicio de su construcción se remonta a 1589, la misma época que el comienzo de la edificación de El Morro, que por sus ubicaciones estratégicas -a ambos lados del canal de entrada de la bahía- serían las dos obras más importantes del sistema defensivo de la ciudad. Su planta es común en los fuertes renacentistas destacándose sus garitas en los baluartes a tierra. Fue reconstruido en el siglo XVIII para eliminar los grandes daños causados por los ingleses durante el sitio a la ciudad. Durante la primera República albergó dependencias de la Marina de Guerra.

Mapa de Museo San Salvador de la Punta

Museo San Salvador de la Punta se encuentra ubicada en La Habana

La capital cubana es, sin dudas, el destino turístico por excelencia de la mayor de las Antillas. Y dentro de ésta su centro histórico "declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1982" resulta un punto de obligada referencia para cuanto visitante llega a esta urbe, durante siglos considerada la llave del Golfo de México.

Al lejano noviembre de 1519 se remonta la fundación, en su emplazamiento definitivo junto al canal de entrada de una bien protegida bahía, de la villa de San Cristóbal de La Habana, convertida con el tiempo en punto de encuentro de las flotas españolas que trasladaban a la metrópolis las riquezas extraídas de sus dominios en el llamado Nuevo Mundo, y eje fundamental en el comercio y las comunicaciones entre éste y el Viejo Continente.

Semejantes ventajas, derivadas esencialmente de su estratégica posición geográfica, incidieron también de manera directa sobre el ulterior desarrollo de la próspera villa, que comenzó a crecer al amparo de un sistema defensivo sin par en la América hispana y rodeada por una muralla cuya construcción (iniciada en la segunda mitad del siglo XVII y concluida más de 100 años después) se consideró desde su inicio ineficaz y costosa.

El Templete, un pequeño edificio neoclásico inaugurado en 1828, es el sitio donde cada 16 de noviembre los habaneros festejan la celebración de la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, y el punto a partir del cual se inician –por lo general– los recorridos turísticos por el núcleo original de la capital cubana.

A escasos pasos de allí se encuentran la Plaza de Armas, en torno a la cual se levantan el imponente Castillo de la Real Fuerza (1577) –donde hoy se exhibe la colección de cerámica artística más importante de la Isla y sobre cuya torre se erige La Giraldilla, una artística veleta símbolo de la ciudad– y los Palacios de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad) y del Segundo Cabo.

Otras tres plazas y sus edificaciones colindantes despiertan invariablemente el interés de sus visitantes: la Plaza de la Catedral, rodeada por opulentas mansiones; la recién restaurada Plaza Vieja, donde sobresale la casa de los Condes de San Juan de Jaruco; y la Plaza de San Franciso de Asís, aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre, en uno de cuyos claustros se encuentra el Museo de Arte Sacro.

Mas caminar por las calles de la Habana Vieja, muchas de éstas aún adoquinadas, representa también la posibilidad de acercarse a más de una docena de museos y estudios-galerías de afamados artistas plásticos cubanos y latinoamericanos; visitar las casas de Benito Juárez, de Asia, Africa, Puerto Rico, de los Árabes (allí se encuentra la única sala para las plegarias musulmanas existente en Cuba) y de Simón Bolívar.

Resulta asimismo interesante visitar la maqueta de esta municipalidad; transitar por la Alameda de Paula, un hermoso paseo construido en la segunda mitad del siglo XVIII; o cruzar la bahía para llegar hasta los ultramarinos poblados de Casablanca, donde se erige el Cristo de La Habana, y Regla, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Regla, protectora de marinos y pescadores y patrona de la Bahía de La Habana.

El parque histórico-militar Morro-Cabaña lo conforman dos reductos de la magnitud del Castillo de los Tres Reyes del Morro (1630) y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774), catalogada en su momento como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado. Precisamente desde esta última fortificación se dispara cada noche, a las nueve en punto, un cañonazo de salva que en llamativa ceremonia rememora los tiempos cuando sendos fogonazos (en horas de la madrugada y al anochecer) constituían la señal convenida para abrir o cerrar las murallas de la ciudad y para colocar o retirar la enorme cadena flotante de madera y bronce que daba acceso al puerto de la villa.

Descubrir la llamada Habana extramuros, sin embargo, resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. La Habana fue creciendo bajo el influjo de las más disímiles corrientes constructivas del orbe y en sus terrenos encontraron espacio el renacentismo, el mudéjar, el barroco y el barroco cubano, el neoclasicismo, el eclecticismo, el art nouveau, el art decó y el pragmatismo.

Así, al otro lado de la inútil muralla aparecieron sitios emblemáticos como el Paseo del Prado, el Gran Teatro de La Habana y el Capitolio, uno de los más espléndidos edificios de la capital y en cuyo interior se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo y a cuyos pies se encontraba el diamante que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central.

Nacieron también el afamado malecón habanero, de unos 12 kilómetros de longitud y considerada la imagen más característica de la ciudad, que enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado, desde cuyo corazón, La Rampa –zona de magnífica urbanización y arquitectura– puede accederse fácilmente a otros sitios de interés turístico como la bicentenaria Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución y el Memorial José Martí (el más alto mirador de la ciudad, con 138,5 metros de altura sobre el nivel del mar), o la Necrópolis de Colón considerado entre los más importantes del planeta por sus múltiples valores artísticos.

Hacia ambos lados del centro de la urbe existen asimismo puntos de notable interés. En dirección oeste, la Quinta Avenida conduce a la barriada residencial de Miramar, que actúa como órbita del mundo empresarial y de negocios y donde es posible visitar una impresionante Maqueta de la Ciudad. El Palacio de Convenciones, el recinto ferial Pabexpo y el exclusivo Club Habana anteceden a la comunidad turística Marina Hemingway, un lugar apropiado para bucear, practicar la pesca de altura, participar en un seafari a las barreras coralinas, o navegar en un confortable yate acondicionado para la vida a bordo.

Hacia el este de la ciudad y después de atravesar el Túnel de la Bahía, se llega al poblado de pescadores de Cojímar –de peculiar belleza y colorido– que invita a rememorar la prolongada estancia en Cuba del Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien encontró precisamente allí muchos de los escenarios y personajes de sus obras.

Más de 15 kilómetros de franja costera, arenas finas y aguas azules y transparentes se extienden entre Bacuranao y Guanabo conformando un circuito náutico que los habaneros identifican sencillamente como las playas del este, y en el cual suelen destacar por sus atributos naturales a Santa María del Mar.

También rumbo al este de la capital, a sólo 15 kilómetros del centro, un pequeño pueblo fundado en 1733 a partir de la existencia de aguas minero-medicinales invita a conocer sus valores históricos, arquitectónicos, culturales y naturales: Santa María del Rosario.

Como toda gran ciudad, La Habana es el corazón de la intensa vida política, científica y cultural de la nación. Decenas de museos, salas de teatro y de conciertos, galerías de arte e instituciones culturales tienen su asiento en la ciudad y algunas como el Ballet Nacional de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o el Conjunto Folklórico Nacional gozan de enorme prestigio internacional.

Y, por supuesto, es también una urbe donde el buen comer y la diversión tienen un importante espacio en sitios tan conocidos como La Bodeguita del Medio, el Floridita, o el cabaret Tropicana, o en otros menos mencionados, pero que tienen ya un espacio reservado en la preferencia de los millares de turistas que cada año recorren la capital cubana. 

Opiniones
  • 100 % de personas disfruta esto
  • Excelente
  • Muy Bueno
  • Promedio
  • Pobre
  • Terrible
Opinion sobre Museos: Museo San Salvador de la Punta
Excelente manuel

fortalezas de la habana
Los Tesoros de La Punta Galeones hundidos, expediciones frustradas y tesoros perdidos han envuelto en halo místico la historia de la Bahía de La Habana. Los misterios de las profundidades y los rumores de buscadores de fortunas han levantado más de una conjetura entre los interesados en el tema Muchos enigmas quedaron revelados con la apertura del Museo de San Salvador de La Punta, que prueba el valor de los grandes pecios rescatados en la Bahía de La Habana, y descubre algunas de las riquezas que permanecieron durante siglos en el fondo del mar. Como un vigía que domina la entrada del puerto habanero se yergue el nuevo museo, otrora fortaleza ideada por el ingeniero militar Giovanni Baptista Antonelli. Su construcción, finalizada hacia 1630, reforzó las defensas, trincheras y cadena que ponía límites al canal, insuficientes hasta entonces por la ambición que despertaba La Habana en corsarios y piratas. Alejado de sus propósitos primigenios, el castillo vivió en el siglo XX otras funciones no relacionadas con valores estratégicos. Su deterioro hizo que la Oficina del Historiador de la Ciudad le devolviera el esplendor de sus orígenes a una de las fortificaciones declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Expresión de todas las técnicas de restauración y de las artes constructivas, el proyecto rehabilitador permitió acceder al basamento original de rocas y transformar las derruidas estructuras. El entorno de la actual edificación renace con una plaza de adoquines antiguos, testimonio de sus pavimentos originales. Junto a ellos, las magníficas lozas de barro extraídas, al pie del pescante del Morro, del naufragio del San Antonio, constituyen una auténtica joya de la preservación. Al castillo lo rodean ahora catorce láminas de bronce, con los planos de cada una de las catorce fortalezas militares que protegían el puerto de La Habana. Las Salas del Museo Tras sus paredes de piedra, hallazgos arqueológicos y piezas de artillería reproducen diferentes etapas de la historia de La Punta. La sala monográfica expone piezas encontradas en las excavaciones que precedieron a los trabajos de restauración, así como reproducciones de planos originales y fotografías de la añeja instalación. Una de las salas más atractivas es la del tesoro, que custodia valiosos objetos extraídos del fondo del mar, los cuales quedaron sumergidos entre los siglos XVI y XIX. Las reliquias allí conservadas pertenecieron a navíos que en su tránsito del Nuevo Mundo hacia España se perdieron en el mar ante los inclementes huracanes o los frecuentes ataques de corsarios y piratas. Gracias a tratamientos especiales, los hallazgos de las excavaciones subacuáticas que parecían pedazos de rocas cubiertas por corales, areniscas y algas, han recobrado su apariencia original. Varias de las piezas expuestas han sido rescatadas del fondo del mar y conservadas por CARISUB, institución cubana que desde 1980 desarrolla en el territorio nacional las actividades de Arqueología Subacuática. Al finalizar este recorrido por el museo, que hoy describe con exactitud el sistema defensivo de La Habana, aparecen las maquetas navales que remedan embarcaciones de los siglos XV al XIX, mientras la sala transitoria acoge los grabados y otras piezas que describen la Toma de La Habana por los ingleses. Así, con más de 400 años de historia, la Real Fortaleza de San Salvador de La Punta une a su eterna misión de centinela y protectora de la bahía habanera, la de guardiana de un inestimable tesoro de los siglos, de las rocas y del mar

Excelente Lian

San Salvador de la Punta
El Castillo de San Salvador de la Punta, construido entre 1590 y 1630, formó parte del sistema defensivo de La Habana. En él pueden apreciarse los elementos de la arquitectura militar típicos del siglo XVI y el modo en que evolucionaron hasta finales del siglo XIX. El decursar histórico de las capacidades defensivas del archipiélago, y la huella dejada en los mares que lo rodean están contenidos en tres salas de exposición permanente dedicadas a la monografía histórica de la fortaleza, la construcción y el modelismo naval y la arqueología subacuática.

error ...

Cuba Tech Travel - Informacion General sobre Cuba. En esta Seccion podras encontrar informacion sobre Poblados, Pueblos, Caserios, Ciudades, Municipios, Provincias y todos los lugars del Cuba

Todos los lugares estan señalados con sus coordenas geograficas para su mejores localizacion en la Isla. Sitos, Lugares, Mas