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Fortaleza San Carlos de la Cabana, La Habana. Cuba

  • Estrellas basadas en 17 opiniones
  • Carretera de La Cabana, Eastern Havana, Havana City. Cuba
  • Destino: La Habana
  • Abierto: 3,4,5,6,7
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El Castillo de San Carlos de la Cabaña (abierto t.l.d de 10h a 22h), el mas largo de America (700 m), fue construido durante la segunda mitad del s. XVIII. Destaca especialmente por su importante coleccion de armas. Aunque solo sea una vez se ha de presenciar a las 21h la ceremonia del cañonazo. Cada dia, soldados vestidos con uniformes de epoca disparan un cañonazo hacia el mar. 

Mapa de Fortaleza San Carlos de la Cabana

Fortaleza San Carlos de la Cabana se encuentra ubicada en La Habana

La capital cubana es, sin dudas, el destino turístico por excelencia de la mayor de las Antillas. Y dentro de ésta su centro histórico "declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1982" resulta un punto de obligada referencia para cuanto visitante llega a esta urbe, durante siglos considerada la llave del Golfo de México.

Al lejano noviembre de 1519 se remonta la fundación, en su emplazamiento definitivo junto al canal de entrada de una bien protegida bahía, de la villa de San Cristóbal de La Habana, convertida con el tiempo en punto de encuentro de las flotas españolas que trasladaban a la metrópolis las riquezas extraídas de sus dominios en el llamado Nuevo Mundo, y eje fundamental en el comercio y las comunicaciones entre éste y el Viejo Continente.

Semejantes ventajas, derivadas esencialmente de su estratégica posición geográfica, incidieron también de manera directa sobre el ulterior desarrollo de la próspera villa, que comenzó a crecer al amparo de un sistema defensivo sin par en la América hispana y rodeada por una muralla cuya construcción (iniciada en la segunda mitad del siglo XVII y concluida más de 100 años después) se consideró desde su inicio ineficaz y costosa.

El Templete, un pequeño edificio neoclásico inaugurado en 1828, es el sitio donde cada 16 de noviembre los habaneros festejan la celebración de la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, y el punto a partir del cual se inician –por lo general– los recorridos turísticos por el núcleo original de la capital cubana.

A escasos pasos de allí se encuentran la Plaza de Armas, en torno a la cual se levantan el imponente Castillo de la Real Fuerza (1577) –donde hoy se exhibe la colección de cerámica artística más importante de la Isla y sobre cuya torre se erige La Giraldilla, una artística veleta símbolo de la ciudad– y los Palacios de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad) y del Segundo Cabo.

Otras tres plazas y sus edificaciones colindantes despiertan invariablemente el interés de sus visitantes: la Plaza de la Catedral, rodeada por opulentas mansiones; la recién restaurada Plaza Vieja, donde sobresale la casa de los Condes de San Juan de Jaruco; y la Plaza de San Franciso de Asís, aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre, en uno de cuyos claustros se encuentra el Museo de Arte Sacro.

Mas caminar por las calles de la Habana Vieja, muchas de éstas aún adoquinadas, representa también la posibilidad de acercarse a más de una docena de museos y estudios-galerías de afamados artistas plásticos cubanos y latinoamericanos; visitar las casas de Benito Juárez, de Asia, Africa, Puerto Rico, de los Árabes (allí se encuentra la única sala para las plegarias musulmanas existente en Cuba) y de Simón Bolívar.

Resulta asimismo interesante visitar la maqueta de esta municipalidad; transitar por la Alameda de Paula, un hermoso paseo construido en la segunda mitad del siglo XVIII; o cruzar la bahía para llegar hasta los ultramarinos poblados de Casablanca, donde se erige el Cristo de La Habana, y Regla, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Regla, protectora de marinos y pescadores y patrona de la Bahía de La Habana.

El parque histórico-militar Morro-Cabaña lo conforman dos reductos de la magnitud del Castillo de los Tres Reyes del Morro (1630) y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774), catalogada en su momento como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado. Precisamente desde esta última fortificación se dispara cada noche, a las nueve en punto, un cañonazo de salva que en llamativa ceremonia rememora los tiempos cuando sendos fogonazos (en horas de la madrugada y al anochecer) constituían la señal convenida para abrir o cerrar las murallas de la ciudad y para colocar o retirar la enorme cadena flotante de madera y bronce que daba acceso al puerto de la villa.

Descubrir la llamada Habana extramuros, sin embargo, resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. La Habana fue creciendo bajo el influjo de las más disímiles corrientes constructivas del orbe y en sus terrenos encontraron espacio el renacentismo, el mudéjar, el barroco y el barroco cubano, el neoclasicismo, el eclecticismo, el art nouveau, el art decó y el pragmatismo.

Así, al otro lado de la inútil muralla aparecieron sitios emblemáticos como el Paseo del Prado, el Gran Teatro de La Habana y el Capitolio, uno de los más espléndidos edificios de la capital y en cuyo interior se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo y a cuyos pies se encontraba el diamante que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central.

Nacieron también el afamado malecón habanero, de unos 12 kilómetros de longitud y considerada la imagen más característica de la ciudad, que enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado, desde cuyo corazón, La Rampa –zona de magnífica urbanización y arquitectura– puede accederse fácilmente a otros sitios de interés turístico como la bicentenaria Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución y el Memorial José Martí (el más alto mirador de la ciudad, con 138,5 metros de altura sobre el nivel del mar), o la Necrópolis de Colón considerado entre los más importantes del planeta por sus múltiples valores artísticos.

Hacia ambos lados del centro de la urbe existen asimismo puntos de notable interés. En dirección oeste, la Quinta Avenida conduce a la barriada residencial de Miramar, que actúa como órbita del mundo empresarial y de negocios y donde es posible visitar una impresionante Maqueta de la Ciudad. El Palacio de Convenciones, el recinto ferial Pabexpo y el exclusivo Club Habana anteceden a la comunidad turística Marina Hemingway, un lugar apropiado para bucear, practicar la pesca de altura, participar en un seafari a las barreras coralinas, o navegar en un confortable yate acondicionado para la vida a bordo.

Hacia el este de la ciudad y después de atravesar el Túnel de la Bahía, se llega al poblado de pescadores de Cojímar –de peculiar belleza y colorido– que invita a rememorar la prolongada estancia en Cuba del Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien encontró precisamente allí muchos de los escenarios y personajes de sus obras.

Más de 15 kilómetros de franja costera, arenas finas y aguas azules y transparentes se extienden entre Bacuranao y Guanabo conformando un circuito náutico que los habaneros identifican sencillamente como las playas del este, y en el cual suelen destacar por sus atributos naturales a Santa María del Mar.

También rumbo al este de la capital, a sólo 15 kilómetros del centro, un pequeño pueblo fundado en 1733 a partir de la existencia de aguas minero-medicinales invita a conocer sus valores históricos, arquitectónicos, culturales y naturales: Santa María del Rosario.

Como toda gran ciudad, La Habana es el corazón de la intensa vida política, científica y cultural de la nación. Decenas de museos, salas de teatro y de conciertos, galerías de arte e instituciones culturales tienen su asiento en la ciudad y algunas como el Ballet Nacional de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o el Conjunto Folklórico Nacional gozan de enorme prestigio internacional.

Y, por supuesto, es también una urbe donde el buen comer y la diversión tienen un importante espacio en sitios tan conocidos como La Bodeguita del Medio, el Floridita, o el cabaret Tropicana, o en otros menos mencionados, pero que tienen ya un espacio reservado en la preferencia de los millares de turistas que cada año recorren la capital cubana. 

Opiniones
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Opinion sobre Fortalezas Coloniales: Fortaleza San Carlos de la Cabana
Excelente Martica

Fortaleza
La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña es un complejo militar situado en la entrada de la Bahía de La Habana, que junto a la fortaleza de San Salvador de La Punta y el Castillo de La Real Fuerza defendían la ciudad frente a cualquier ataque enemigo o pirata. Los ingleses tomaron la casi inexpugnable fortaleza del Morro, principalmente gracias a que lograron capturar la loma donde posteriormente se edificaría la Cabaña sirviéndose de esa privilegiada posición para su artillería cuando invadieron La Habana, para restituirla junto con la ciudad en 1763 a cambio de La Florida. Empezó a edificarse en el alto litoral Este del puerto de La Habana, bajo la orientación del brigadier Don Silvestre Abarca. Los trabajos finalizaron en 1774. Actualmente es un complejo cultural y museístico. A las 9 de la noche se dispara el cañón que antiguamente anunciaba el cierre de las murallas de la ciudad. La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña es la más grande de las edificaciones militares construidas por España en América. Tiene forma de polígono el cual está compuesto por baluartes, revellines, fosos, camino cubierto, cuarteles y almacenes. Tiene un diseño representativo del avance en los sistemas defensivos producidos durante el siglo XVIII, acaecidos por el desarrollo de la artillería. En ella se alojaban las mejores unidades del ejército español en Cuba. Durante las luchas independentistas del siglo XIX, no pocos héroes cubanos, entre ellos el Apóstol José Martí, fueron prisioneros de sus rejas y muchos fueron ejecutados en el Foso de los Laureles. Al triunfo de la Revolución el Comandante Ernesto Che Guevara ocupó militarmente La Cabaña el día 3 de enero de 1959. Allí estableció su Comandancia y superviso personalmente, en los primeros días de la revolución, muchos de los fusilamientos de partidarios de Batista acusados de crímenes. Actualmente es un museo que en el que se exponen documentos y testimonios del Che. Esta fortaleza está ligada desde sus inicios a diversas costumbres y tradiciones como el Cañonazo de las Nueve. En la época colonial se disparaba un cañonazo a las 4:30 a.m. y a las 9:00 p.m. desde la nave capitana en el puerto, para informar la apertura y cierre de los portones de la muralla que circundaba a La Habana y la puesta y retirada de la cadena que cerraba la entrada del puerto, ubicada entre los castillos de La Punta y el Morro. Esta ceremonia se realiza hoy en día por soldados vestidos con atuendos al estilo del siglo XVIII y constituye una de las más gustadas atracciones que ofrece este recinto a sus nocturnos visitantes. En 1986 se inició la reparación de la Fortaleza de La Cabaña, y el acceso público se le dio en 1991 como componente del Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.

Excelente amelia

lugar historico con vista hermosa
Muy cerca del Castillo de los tres Reyes del Morro se encuentra la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, es la mayor de las instalaciones militares creadas por España en el Nuevo Mundo, con más de 700 metros de muralla, y que apuntaló el sistema defensivo de la villa de San Cristóbal de La Habana tras la amarga experiencia que supuso la ocupación inglesa. En 1763, una vez devuelta La Habana por los ingleses a cambio de La Florida, comenzó a construirse en la alta ribera Este del puerto de La Habana, bajo la dirección del brigadier Don Silvestre Abarca. Empezó a construirse en 1763 y las obras se prolongaron por más de once años, quedó concluida en 1774 con un costo enorme para su tiempo. La formidable fortaleza, en forma de polígono con baluartes, terrazas, fosos, puentes levadizos, cuarteles, aljibes y almacenes, defendida además por gruesos muros de piedra, era una ciudadela prácticamente inexpugnable. Su posición privilegiada le convertía en un bastión para defender la ciudad y el puerto, para lo que contaba con un elevado número de piezas de artillería. Un buen número de cañones fundidos en Barcelona en el siglo XVIII, siguen guardando simbólicamente este fuerte, mostrando su lujosa decoración de escudos en altos y bajos relieves, cada uno con su nombre grabado. La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña forma un polígono compuesto por baluartes, revellines, fosos, camino cubierto, cuarteles y almacenes. Su diseño constituye un exponente del cambio experimentado en los sistemas defensivos durante el siglo XVIII, debido a los progresos de la artillería. Desde su construcción albergó a las unidades elite del ejército español en Cuba. Durante las guerras de independencia en el siglo pasado, muchos patriotas cubanos, entre ellos el Apóstol José Martí, guardaron prisión y no pocos fueron fusilados en el tristemente célebre Foso de los Laureles. De la historia más reciente se conserva casi intacto el edificio dentro del alcázar que Ernesto Ché Guevara utilizó como comandancia general cuando entró en La Habana en enero de 1959 al mando de sus tropas revolucionarias. El 3 de enero de 1959, el Comandante Ernesto Che Guevara, tomó militarmente esta fortaleza y allí estableció su Comandancia, que es hoy un museo en el que se muestran documentos y testimonios del inolvidable guerrillero. Presenciar la ceremonia del Cañonazo de las Nueve, efectuada por una dotación de soldados vestidos a la usanza del siglo XVIII, es en la actualidad una de las actividades más atractivas y gustadas que el recinto ofrece cada noche a sus visitantes. En épocas coloniales, a las 4 y 30 de la mañana y a las 8 de la noche, se disparaba, desde la nave capitana en el puerto, un cañonazo para avisar la apertura y cierre de las puertas de la muralla que rodeaba a la villa de San Cristóbal de La Habana y la colocación y retirada de la cadena que, situada entre los castillos de La Punta y el Morro, cerraba la entrada del puerto. Luego de la construcción de San Carlos de La Cabaña, el disparo del cañonazo se efectuaba, indistintamente, desde el puerto o desde la Fortaleza. La restauración de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña se inició en 1986, y fue abierta al público en 1991 como parte integrante del Parque Histórico Militar Morro-Cabaña. San Carlos de La Cabaña con sus calles adoquinadas inundadas de luz y sombra... Sus plazoletas abiertas a la brisa... El Patio de Los Jagueyes, umbroso y evocador remanso de paz... Su plaza de armas saturada de verdes y salpicada de florecidos jardines... Sus vigilantes cañones, tronantes ayer y devenidos ahora silenciosos sobrevivientes de una época erizada de sobresaltos... Su imponente muralla, inexpugnable valladar antaño y hoy soleado balcón sobre la ciudad... Sus estancias interiores convertidas en un museo cuyas salas muestran una completa colección de armas provenientes de varias partes del mundo, desde la prehistoria hasta el siglo XIX y con varias salas dedicadas a su historia..., San Carlos de La Cabaña es lugar ideal para el descanso activo y evocador...

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