Seminario San Carlos y San Ambrosio, La Habana. Cuba
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- Old Havana. Havana City. Cuba
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- Destino: La Habana
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Anexo a la Catedral, construido también por los Jesuitas se encontraba este edificio que fue sede del Seminario Conciliar de San Carlos y San Ambrosio. Esta institución de enseñanza había sido fundada por el obispo Compostela como un modesto colegio para niños pobres y en 1767, al marcharse los Jesuitas, el obispo Hechevarría autorizó su traslado hacia el edificio. El Rey Carlos III lo elevó a la categoría de Seminario Consular y rivalizó con la Real y Pontificia Universidad fundada por Valdés, hasta que posteriormente se dedicó solo al estudio de la carrera eclesiástica.
Las alas del Seminario se desarrollan alrededor de un amplio patio, en un tiempo arbolado, a la que el obispo Espada mandó a incorporar en el centro una fuente que tenía varios surtidores. Interiormente tiene una escalera construida con la dura piedra de la famosa cantera de San Miguel, y una baranda de caoba. Contaba además con magníficos ejemplares de puertas y de rejas de madera torneadas y en opinión de los especialistas, este edificio y la Catedral integraban el conjunto más armonioso de arquitectura religiosa cubana de la época colonial.
Mapa de Seminario San Carlos y San Ambrosio
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Seminario San Carlos y San Ambrosio se encuentra ubicada en La Habana
La capital cubana es, sin dudas, el destino turístico por excelencia de la mayor de las Antillas. Y dentro de ésta su centro histórico "declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1982" resulta un punto de obligada referencia para cuanto visitante llega a esta urbe, durante siglos considerada la llave del Golfo de México.
Al lejano noviembre de 1519 se remonta la fundación, en su emplazamiento definitivo junto al canal de entrada de una bien protegida bahía, de la villa de San Cristóbal de La Habana, convertida con el tiempo en punto de encuentro de las flotas españolas que trasladaban a la metrópolis las riquezas extraídas de sus dominios en el llamado Nuevo Mundo, y eje fundamental en el comercio y las comunicaciones entre éste y el Viejo Continente.
Semejantes ventajas, derivadas esencialmente de su estratégica posición geográfica, incidieron también de manera directa sobre el ulterior desarrollo de la próspera villa, que comenzó a crecer al amparo de un sistema defensivo sin par en la América hispana y rodeada por una muralla cuya construcción (iniciada en la segunda mitad del siglo XVII y concluida más de 100 años después) se consideró desde su inicio ineficaz y costosa.
El Templete, un pequeño edificio neoclásico inaugurado en 1828, es el sitio donde cada 16 de noviembre los habaneros festejan la celebración de la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, y el punto a partir del cual se inician –por lo general– los recorridos turísticos por el núcleo original de la capital cubana.
A escasos pasos de allí se encuentran la Plaza de Armas, en torno a la cual se levantan el imponente Castillo de la Real Fuerza (1577) –donde hoy se exhibe la colección de cerámica artística más importante de la Isla y sobre cuya torre se erige La Giraldilla, una artística veleta símbolo de la ciudad– y los Palacios de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad) y del Segundo Cabo.
Otras tres plazas y sus edificaciones colindantes despiertan invariablemente el interés de sus visitantes: la Plaza de la Catedral, rodeada por opulentas mansiones; la recién restaurada Plaza Vieja, donde sobresale la casa de los Condes de San Juan de Jaruco; y la Plaza de San Franciso de Asís, aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre, en uno de cuyos claustros se encuentra el Museo de Arte Sacro.
Mas caminar por las calles de la Habana Vieja, muchas de éstas aún adoquinadas, representa también la posibilidad de acercarse a más de una docena de museos y estudios-galerías de afamados artistas plásticos cubanos y latinoamericanos; visitar las casas de Benito Juárez, de Asia, Africa, Puerto Rico, de los Árabes (allí se encuentra la única sala para las plegarias musulmanas existente en Cuba) y de Simón Bolívar.
Resulta asimismo interesante visitar la maqueta de esta municipalidad; transitar por la Alameda de Paula, un hermoso paseo construido en la segunda mitad del siglo XVIII; o cruzar la bahía para llegar hasta los ultramarinos poblados de Casablanca, donde se erige el Cristo de La Habana, y Regla, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Regla, protectora de marinos y pescadores y patrona de la Bahía de La Habana.
El parque histórico-militar Morro-Cabaña lo conforman dos reductos de la magnitud del Castillo de los Tres Reyes del Morro (1630) y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774), catalogada en su momento como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado. Precisamente desde esta última fortificación se dispara cada noche, a las nueve en punto, un cañonazo de salva que en llamativa ceremonia rememora los tiempos cuando sendos fogonazos (en horas de la madrugada y al anochecer) constituían la señal convenida para abrir o cerrar las murallas de la ciudad y para colocar o retirar la enorme cadena flotante de madera y bronce que daba acceso al puerto de la villa.
Descubrir la llamada Habana extramuros, sin embargo, resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. La Habana fue creciendo bajo el influjo de las más disímiles corrientes constructivas del orbe y en sus terrenos encontraron espacio el renacentismo, el mudéjar, el barroco y el barroco cubano, el neoclasicismo, el eclecticismo, el art nouveau, el art decó y el pragmatismo.
Así, al otro lado de la inútil muralla aparecieron sitios emblemáticos como el Paseo del Prado, el Gran Teatro de La Habana y el Capitolio, uno de los más espléndidos edificios de la capital y en cuyo interior se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo y a cuyos pies se encontraba el diamante que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central.
Nacieron también el afamado malecón habanero, de unos 12 kilómetros de longitud y considerada la imagen más característica de la ciudad, que enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado, desde cuyo corazón, La Rampa –zona de magnífica urbanización y arquitectura– puede accederse fácilmente a otros sitios de interés turístico como la bicentenaria Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución y el Memorial José Martí (el más alto mirador de la ciudad, con 138,5 metros de altura sobre el nivel del mar), o la Necrópolis de Colón considerado entre los más importantes del planeta por sus múltiples valores artísticos.
Hacia ambos lados del centro de la urbe existen asimismo puntos de notable interés. En dirección oeste, la Quinta Avenida conduce a la barriada residencial de Miramar, que actúa como órbita del mundo empresarial y de negocios y donde es posible visitar una impresionante Maqueta de la Ciudad. El Palacio de Convenciones, el recinto ferial Pabexpo y el exclusivo Club Habana anteceden a la comunidad turística Marina Hemingway, un lugar apropiado para bucear, practicar la pesca de altura, participar en un seafari a las barreras coralinas, o navegar en un confortable yate acondicionado para la vida a bordo.
Hacia el este de la ciudad y después de atravesar el Túnel de la Bahía, se llega al poblado de pescadores de Cojímar –de peculiar belleza y colorido– que invita a rememorar la prolongada estancia en Cuba del Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien encontró precisamente allí muchos de los escenarios y personajes de sus obras.
Más de 15 kilómetros de franja costera, arenas finas y aguas azules y transparentes se extienden entre Bacuranao y Guanabo conformando un circuito náutico que los habaneros identifican sencillamente como las playas del este, y en el cual suelen destacar por sus atributos naturales a Santa María del Mar.
También rumbo al este de la capital, a sólo 15 kilómetros del centro, un pequeño pueblo fundado en 1733 a partir de la existencia de aguas minero-medicinales invita a conocer sus valores históricos, arquitectónicos, culturales y naturales: Santa María del Rosario.
Como toda gran ciudad, La Habana es el corazón de la intensa vida política, científica y cultural de la nación. Decenas de museos, salas de teatro y de conciertos, galerías de arte e instituciones culturales tienen su asiento en la ciudad y algunas como el Ballet Nacional de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o el Conjunto Folklórico Nacional gozan de enorme prestigio internacional.
Y, por supuesto, es también una urbe donde el buen comer y la diversión tienen un importante espacio en sitios tan conocidos como La Bodeguita del Medio, el Floridita, o el cabaret Tropicana, o en otros menos mencionados, pero que tienen ya un espacio reservado en la preferencia de los millares de turistas que cada año recorren la capital cubana.
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Arquitectura
• El seminario de San Carlos y San Ambrosio: Esta fachada fue adicionada posteriormente cuando se convirtió en Palacio Cardenalicio con el cardenal Arteaga y manda a construir esta fachada teniendo en cuenta el barroco de la parte frontal de la catedral y se comunica con la Catedral, Este edificio es muy importante para la cultura cubana, en este edificio llegaron a estar las personas de mayor sabiduría y conocimiento. Es lugar más importante de la filosofía en América. Aquí estuvieron todos los padres que crearon el pensamiento que después serviría de base de todos los patriotas cubanos. Hay figuras extraordinariamente relevantes, como Agustín caballero, José de la Luz y Caballero, Félix Varela, Francisco de Arango Parreño, estas figuras revolucionaron la enseñanza, que hasta ese momento era muy escolástica, llegaron a crear ciencias dentro de la enseñanza, se introdujo la sicología, la Física, filosofía. Llego un momento que el seminario de San Carlos era más importante que la universidad de la Habana. A este lugar llegaban todas las corrientes de Europa. Actualmente se construye un edificio para el seminario de san Carlos en la carretera que va para la universidad agraria. En este edificio se utilizan elementos de la arquitectura cubana, es decir el uso de la madera, aquí hay algo interesante que son las columnas dobles, que están en los arcos de medio punto. El Hostal Tejadillo formaba parte del ler seminario, allí se encontraba las aulas de los primeros años del seminario, (1ro y 2do). Actualmente se mantiene como seminario, en él hay matriculadas cerca de 100 seminaristas y esta vinculado con proyectos culturales como exposiciones de pintura, esta la cátedra de filosofía Félix Varela donde se pueden apreciar valiosos objetos que pertenecieron a esta figura. Otra cosa importante es que colinda con la capilla izquierda de la catedral de la Habana. En la obra Cecilia Valdez aparecen pasajes que reflejan lugares del seminario.
obra importante que colinda con la catedral
El seminario de San Carlos y San Ambrosio: Esta fachada fue adicionada posteriormente cuando se convirtió en Palacio Cardenalicio con el cardenal Arteaga y manda a construir esta fachada teniendo en cuenta el barroco de la parte frontal de la catedral y se comunica con la Catedral, Este edificio es muy importante para la cultura cubana, en este edificio llegaron a estar las personas de mayor sabiduría y conocimiento. Es lugar más importante de la filosofía en América. Aquí estuvieron todos los padres que crearon el pensamiento que después serviría de base de todos los patriotas cubanos. Hay figuras extraordinariamente relevantes, como Agustín caballero, José de la Luz y Caballero, Félix Varela, Francisco de Arango Parreño, estas figuras revolucionaron la enseñanza, que hasta ese momento era muy escolástica, llegaron a crear ciencias dentro de la enseñanza, se introdujo la sicología, la Física, filosofía. Llego un momento que el seminario de San Carlos era más importante que la universidad de la Habana. A este lugar llegaban todas las corrientes de Europa. Actualmente se construye un edificio para el seminario de san Carlos en la carretera que va para la universidad agraria. En este edificio se utilizan elementos de la arquitectura cubana, es decir el uso de la madera, aquí hay algo interesante que son las columnas dobles, que están en los arcos de medio punto. El Hostal Tejadillo formaba parte del ler seminario, allí se encontraba las aulas de los primeros años del seminario, (1ro y 2do). Actualmente se mantiene como seminario, en él hay matriculadas cerca de 100 seminaristas y esta vinculado con proyectos culturales como exposiciones de pintura, esta la cátedra de filosofía Félix Varela donde se pueden apreciar valiosos objetos que pertenecieron a esta figura. Otra cosa importante es que colinda con la capilla izquierda de la catedral de la Habana. En la obra Cecilia Valdez aparecen pasajes que reflejan lugares del seminario.
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